64 años son algunos, pero estamos en el empeño de cumplir varios más

Por jueves, 10/julio/2014 39 No tags Permalink 7

Cuando yo era chico, a la gente que le daba un ictus se le decía que tenía un ‘paralís’, a la que la elegía el cáncer era que tenía ‘algo malo’ y las mujeres cumplidas parían en sus casas, asistidas en la alcoba por una vecina bien amañada que hacía las veces de comadrona, con dispar suerte en la faena, aunque hay que señalar en descargue de las interfectas que no tenían más atarecos que una palangana, agua de pasote, alcohol, paños, buena voluntad y toallas.

Antes de ser yo chico, había nacido, cosa de la que hace hoy mismo 64 años y que está siendo recogida fielmente en numerosos medios digitales de este mundo medio loco en el que Esther Pérez Verdú, Ernesto y resto de basca me han metido, hábilmente auxiliado por mis hijos Juan y Gara, que no terminan de creerse que a un servidor estas cosas de las redes y demás virguerías informáticas le han cogido con el pie medio cambiado. Bueno, rememorando la cuestión, el feliz acontecimiento tuvo lugar en el poblado medio troglodita de La Puerta, en el Llano de Valsequillo, un municipio precioso donde han ido arrancando olivos y almendreros para ir plantando chalés y adosados sujetos a hipotecas, o no. El escenario, una casa-cueva, me hizo acreedor a lo largo de mi vida de bromas medio pesadas de algunos amigos que aseguraban que debía haber llamado Jesucristo, aunque me padre decidió llamarme Adolfo, en homenaje, supongo, a Adolfito Robaina, un señor de San Roque que le enseñó el oficio de barbero, que toda su vida alternó con el de aparcero, de tal suerte que en la cuartería donde iríamos a vivir años después, estrechábamos lazos con la miseria de nuestros vecinos de esclavitud a la parte y con sus piojos y liendres, que iban dejando junto con sus greñas en una choza que era mitad barbería y mitad dormitorio, separados ambos espacios por una cortina de tela con dibujos repelentes donde un montón de ingleses montados a caballo perseguía a unos zorros que parecían perros famélicos perseguidos por bardinos de la pérfida Albión. Siguiendo con la remembranza, que no sé porque me ha dado por ahí, debe ser la falta de práctica, lo de la elección de los nombres de sus hijos por parte de mi padre, sobre todo de los dos primeros, Manolo Miguel (Mateo) y un servidor, fue de traca. Abstemio irredento desde entonces, cuando nació el primogénito, se acordó entre ambos cónyuges ponerle Manolo, por el abuelo paterno y Miguel, por el materno, pero hete aquí, que mi hombre se enraló con la novedad y algunos amigos ligeros de pico y acabó con la juerga en San Mateo, en el mismo día del santo. Al regresar a toda carrera al pueblo para aprovechar que el Registro seguía abierto, se decidió por ponerle Mateo, que era de lo único que se acordaba. Andando el tiempo, mi hermano, que fue eternamente para todos Manolo Miguel y Mateo en los documentos oficiales, siempre tuvo palabras de agradecimiento a la Divina Providencia porque su progenitor acabara la juerga en San Mateo, y no en Santa Brígida.

Ya metidos en recuerdos, y acabando rápido esta especie de borrador autobiográfico, diré que estas casas-cuevas que teníamos en La Puerta, seguramente cedidas al viejo por algún amigo a cambio de peladas gratis, estaban llamadas a tener un uso algo explosivo, acorde con la personalidad que había de desarrollar el arriba firmante (es broma), dado que fueron vendidas al foguista Ramoncito Dávila, que instaló allí su Pirotecnia San Miguel, que ha ido creciendo en calidad y cantidad, pese a la racanería de munícipes y comisionistas, que gustan del ruido con pólvora ajena y del olvido de las facturas para el que curra y divierte.

Como resulta que Esther y la basca, Nieves. Juan, Gara y los muchos amigos y compañeros que estaban esperando que amainara el puto viento y apareciera por estos mundos cibernéticos quieren que lo haga con cierta periodicidad, voy a ir cortando el rollo, dejando la cosa en los tiempos de la mudada de las casas-cuevas de La Puerta hasta las cuarterías de Piletas y Las Puntillas, a las zafras, a los engañosos y mezquinos anticipos y a la miseria.

Como habrán observado, nada que decir de enfermedades, tratamientos, decesos o miedos, aunque me gustaría ocuparme más adelante del Servicio de Oncología del Hospital Insular, desde Adolfo Murias, su jefe, al que acaban de jubilar porque en este país hay que ir prescindiendo de la gente que vale para el pueblo, justo cuando están en lo mejor de su capacidad profesional, al último empleado, pasando por el equipo de enfermeras, que pinchan y medican a una media de cien personas diarias, siempre atentas, profesionales y humanas en un cometido que llevan cabo con pacientes que tienen el miedo y la sensibilidad a flor de piel y que agradecen casi más una palabra tierna, una sonrisa de ánimo, un atendimiento humano, que lo que quiera que le echen a la dichosa bolsa de la quimioterapia o llegue tras el rayo abrasador de la radio.

Son 64 años y hoy se cumplen y estamos aquí, recibiendo con alegría y disimulo tantas muestras de cariño de tanta buena gente que te desean que cumplan muchos más, en unos tiempos donde esos deseos sí que son verdaderos, al punto de que cuando Nieve me preguntó que qué quería que me regalaran en mi cumpleaños le contesté que otro. El sesenta y cinco, cuando suelen jubilar a la gente, aunque a un servidor le jubiló antes la reforma laboral que el cáncer. Eso vino después. La ‘cosa mala’, que decían cuando uno era chico y que se convertía en casi tabú para vecinos y familiares, al punto que todavía hoy pregunta la gente del pueblo si se me puede visitar, se dice que por no molestar a una enfermo estigmatizado por una dolencia que puede tratarse, prolongar la vida, o quitártela, pero a la que hay que combatir con ánimos renovados, aunque a veces te fallen las fuerzas, casi todas las fuerzas, menos las benditas de los cuidadores, esa familia que notas caminar contigo cuando tú más parado estás.

A todos, gracias por echar un vistazo a este invento de Esther y la basca del CANARIAS7 Digital y sigan, si quieren, atentos a la pantalla. Me costó soltarme, pero después de cuarenta años de darle a las teclas, no hay ‘cosa mala’ que impida que uno intente demostrar que, con todo ese tiempo cortando huevos, está aún en condiciones de capar con cierta soltura. Nos leemos, gente y sí, el viento sigue amainando en esta enorme antesala de las Sagradas y Eternas Praderas de Manitú. Jao.

39 comentarios
  • Fran
    julio 10, 2014

    Felicidades maestro

  • Esther Pérez Verdú
    julio 10, 2014

    Maestro Adolfo, no te puedes hacer una idea de lo que me encanta volver a leerte. Un beso emocionado y me quedo a la espera de más 🙂

    • Adolfo Santana
      julio 10, 2014

      Estoy desatado, puedo resultar hasta peligroso. Gracias.

      • Dámaso
        julio 17, 2014

        Que no me entere que dejas de escribir. Y recuerda la importancia del titular, que es el que te hace leer el resto. ¿O no te acuerdas, cuando había alguna que otra sugerencia sobre el particular?. En fin, campeón, que quiero seguir leyéndo cosas tuyas y divertirme con ellas. Además, ahora sin ataduras de directores, ni empresas. O sea que puedes sacar la lengua a pasear para deleite de los que siempre te hemos leído. Así que desde Ingenio, desde Carrizal, y desde Macondo, te voy a seguir los pasos para que no pierdas las buenas costumbres. Animo, y para atrás ni para coger impulso. Ya contactaré contigo, y darte el abrazo que mereces.

  • José Mendoza
    julio 10, 2014

    Me alegro de leerte siempre, eres grande maestro. Un beso enorme.

  • Iván
    julio 10, 2014

    No podía ser Juan de tal manera, sin un maestro como el que mora en su casa. Enhorabuena por un gran blog Don Adolfo.

  • miguel
    julio 10, 2014

    Dices, hermano:
    64 años son algunos, pero estamos en el empeño de cumplir varios más.
    Mi respuesta es: ¡Y 68, son más! ¡Palante y a ver si me coges.! Un abrazo

  • Juan Martel
    julio 10, 2014

    Felicidades vecino. Un fuerte abrazo desde El Alto.

  • Juana Mari
    julio 10, 2014

    Enhorabuena Adolfo y gracias por querer compartir tu » saber de la vida «, en ese tono amigable pero con » conducto»-que diría mi abuelo- cómo tu sólo sabes hacer. Lo he pasado genial leyendo este primer capítulo y me he quedado como esperando más, así por favor que sea pronto. Suerte amigo, un abrazo

  • Juan Ramírez Martel
    julio 10, 2014

    Desde la Vega de Aguatona saludos maestro….

  • juanglujan
    julio 10, 2014

    Querido maestro:
    Sabía que costó convencerte, pero coño, cogiste carrerilla. Me quedo con ganas de más. Y este blog va a estar jugoso seguro, con ese estilo tuyo, Adolfo Santana, que uno sigue reconociendo. Además de lo que vas a ir creando, si se puede recuperar por aquí algunos de esos estupendos reportajes que uno leía con los ojos bien abiertos cuando estudiaba periodismo y después ya ejerciéndolo, sería fantástico. Un abrazote..
    Juan García Luján

  • Jose Barrera
    julio 10, 2014

    Un día cualquiera del año 87 entré en la Redacción del Diario de Las Palmas sin saber exactamente a dónde tenía que dirigirme. Un hombre inquieto al que yo conocía por referencias y porque me lo habían señalado desde lejos, se me acercó y me preguntó mi nombre. «Jose Barrera» le dije. «Ah y tú a qué vienes, a dejarme sin trabajo?», me respondió.

    A mi me dio toda la vergüenza del mundo al mismo tiempo dándole vueltas a que una figura de esas características llegara a pensar que servidor tenía por objeto y ni siquiera por osadía, tal insana intención, por lo que me disculpé más veces de las que hacía falta. Con el tiempo me dí cuenta que no pretendía reírse de mí, sino que en realidad andaba haciendo gala de su particular manera de estimular a los nuevos. Y yo era más nuevo que ninguno.

    Me dijo que me enseñaría el oficio. Tampoco hacía falta. Yo con mirarlo aprendía, incluso me crecía verlo escribir torpemente con dos dedos, que eran muchos más de los que yo usaba entonces ya que era mi novia quien me pasaba a máquina los originales que yo llevaba al Diario.

    Trabajamos mucho y codo a codo y no niego que pasé ciertos apuros cuando el destino me llevó a ser responsable de la sección de Canarias7 en la que él escribía. Yo no podía ser el jefe de mi maestro! De hecho creo que no lo fui nunca. A este no había quién lo domara! Yo hacía como el seleccionador de Argentina con Maradona. No había órdenes posibles que dar a alguien así. Sólo decirle, después de ordenar el parte de trabajo del resto, aquello de : «Y usted, Maradona, salga y diviértase».

    El tiempo, como siempre, va uniendo a unos y separando a otros, pero no logra borrar los momentos vividos, las risas que nos envidiaron, los desacuerdos, el café, las pipas… Pero sí me doy cuenta de que muy torpe tiene que ser alguien para deshacerse de este talento, reconocible donde quiera que uno lo lea, con esas descripciones de trazos sudamericanos, sueño de evocar al que era «joven e indocumentado».

    Maestro, como mismo no pude más que aprender contigo porque no hubo forma jamás que obedecieras, tampoco la «cosa mala» será suficiente. Me has traído en un folio de vellón lo mejor del periodismo que fue. Del maravilloso periodismo que fuimos. Besos!

  • Antonio Sánchez
    julio 10, 2014

    Querido y estimado maestro y compañero. Me alegro de que este parto se produjera en tu casa, quizá sin más comadronas que Gara y Nieves, y Juan como ayudante. Es un placer tenerte entre nosotros de nuevo. Tu cumple me ha cogido en Tunte, pero me siento muy cercano a ti. Un beso.

  • Desirée
    julio 10, 2014

    Muchas felicidades maestro. Ha sido enorme leerte de nuevo y poder seguir aprendiendo de la profesión de un grande como tú. Te admiro y me encanta la idea de que exista este lugar donde vuelques toda tu esencia y poder seguirte ahora por esta red que no descansa. Te mando un abrazo enorme, nos vemos muy pronto.

  • sonia lopez mejias
    julio 10, 2014

    Todos mis respetos para usted señor Adolfo…pues ya que estamos por estos alrededores mis mas profundas felicitaciones y como no, que vengan muchos 10 de julio para que usted pueda y quiera ¡ claro esta !desahogarse por estos mundos y que una servidora pueda seguir conociendo parte de su biografía. saludos

  • Vicente Llorca
    julio 10, 2014

    ¡Chacho, me estás asustando! ¡Ánimo, bichillo!

  • Montse de León
    julio 11, 2014

    Qué alegría encontrarte, leerte y saber de tí … Un beso enorme compañero!

  • Angeles Montesdeoca
    julio 11, 2014

    Adictivo tu blog, a la espera ya de la segunda publicación, un placer como siempre leerte te quiero mucho y te reto a cumplir tantos como mi vista alcanze a ver besossss

  • Juanma Mendoza
    julio 11, 2014

    ¡Muchas Felicidades por estos primeros 64 años!. Después de leer el primer capítulo de esta primera novela de la era digital de tu vida, ya estoy esperando el segundo y mil y uno más. Un abrazo grande y sigue dándole a esos dos dedos, aunque tu con darle con un dedo tienes suficiente para seguir siendo el más grande.

  • Borja Suárez
    julio 11, 2014

    Maestro, amigo…gracias por volver y darnos la oportunidad de seguir aprendiendo…ahora si, estamos todos.
    Un fuerte abrazo.

  • Dolly Rodríguez Gago
    julio 11, 2014

    Esto sí que es un autoregalo de cumpleaños, Has agarrado la luz, porque no hay medicina que haga tanto como la ilusión por escribir.
    Ya verás tu que ahora sí que sí

  • Luisa
    julio 11, 2014

    Sabes que tenemos un tema pendiente que jamás escribiré sin ti. Mientras, me quedo enganchada a este blog esperando más. Una abrazo.

  • Sergio Sánchez
    julio 11, 2014

    BRAVOOOOO!!!!!!

    ¡¡¡¡¡¡ Adolfo vuelve a las andadas !!!!! Qué enorme alegría leerte y leerte y leerte…..

  • J.Pérez Curbelo
    julio 11, 2014

    Que bueno que volviste ché, ahora en formato digital. Lo bueno cien años dure. Un placer leer tú blog. Ánimo y que esa pluma nunca quede sin tinta para relatar todo lo que tú sabes maestro. Enhorabuena.

  • Ana Roger
    julio 11, 2014

    Qué alegría leerte caballero!
    Felicidades en tu día, un beso.

  • Carolina Perdomo
    julio 11, 2014

    Muchas felicidades¡¡ Un placer volver a leerte. Nunca las mañas pierdas¡¡

  • José María Suárez
    julio 11, 2014

    Gracias por «volver» Maestro.

    Un fuerte abrazo

  • Jovanka Vaccari Barba
    julio 11, 2014

    Qué emoción volver a leer la realidad a través de tu clarividencia, Adolfo. 64 besazos de vellón. Otros tantos a Nieves.

  • Txema
    julio 11, 2014

    Sí que es Valsequillo un hermoso municipio con rincones trogloditas. Aún hoy, sin vivir en cuevas, algunos, los que no pagan al foguista y algunos más, siguen viviendo en la caverna. Pero no escuchan el ruido de las grietas y cualquier día se les cae encima. Será de noche y estarán durmiendo. Adolfo, sigo emocionado, lo intenté leer en alta voz y me tragué las lágrimas. Añurgao espero la sonrisa. Hasta pronto Almendrita de Plata.

  • Silvia Suárez
    julio 11, 2014

    Hola Adolfo!
    Cómo me ha gustado leer estas palabras!
    Te deseo mucha felicidad y que cumplas muchos muchos más.
    Muchísimas felicitaciones
    Un abrazo enorme para todos, pero en especial para tí.

  • Manolo Ramos Santana
    julio 12, 2014

    Querido y apreciado Adolfo, me alegro que hallas escrito estas letras para deleite de los que apreciamos tu pluma y compañerismo. He preguntado por ti en varias ocasiones y,no supieron darme razón , pero estoy contento por haber podido leerte y, saber por este medio que estas bien.Este es el guardia civil al que hiciste un reportaje, a él y su familia, cuando pasó a la reserva en Vecindario, hace 11 años, un abrazo de corazón.

  • Javier Darriba
    julio 12, 2014

    Y lo que se le echa de menos! No deje ahora estas letras que tan buen regusto a buenos tiempos deja en el gaznate

  • Luis Pérez viera
    julio 12, 2014

    Amigo Adolfo desde la cama con un cólico tremendo (piedras en el riñón) te deseo lo mejor y que esa cosa mala no te impida ser guía y luz para todos los que tuvimos el placer de trabajar contigo.
    Ánimo y feliz cumple.
    Desde Arinaga donde cumplo condena de destierro por defender derechos de profesionales como tu.
    Un fuerte abrazo y ánimo amigo.

  • Alexis López Bosa
    julio 13, 2014

    Un placer como siempre volver a leer alguna de «tus pequeñas pero magníficas obras», siempre dejando referencias y mojones para que los más jóvenes no perdamos el camino y no confundamos las lindes.

    Un abrazo.

  • Antonio Rodriguez
    julio 14, 2014

    Mira que te he echado de menos jodio.
    Ahora es un placer leerte de nuevo.
    Que sigas cumpliendo y escribiendo, y yo que lo vea.
    Un abrazo enorme.

  • Raul Montesdeoca
    julio 14, 2014

    Muchas Felicidades!! Me alegra mucho verte por estos lares, es un gran placer siempre escuchar las grandes cosas que tienes que decir al mundo, eres grande e único y siempre me ha encantado tus magníficos golpes de humor.

    Un Fuerte abrazo.

  • Marisol Ayala
    julio 14, 2014

    Querido amigo Adolfo. Me alegra mucho verte por aquí. De todo corazón. Vas a disfrutar, verás. Desde ayer tienes en mi blog http://www.marisolayala.www un enlace al tuyo en un lugar visible, como la gran firma que eres en el periodismo. Pienso animar a la peña para que te visite y te lea. Los que no te conozcan que lo hagan y los que te queremos para tenerte cerca. Un beso.

  • flora
    julio 15, 2014

    Lo dicho. Entre leer todo lo que tan bien escribe y leer los comentarios de tantos de sus amig@s,me falta tiempo. Gracias y a seguir cumpliendo años .

  • Óscar HR
    agosto 20, 2014

    Una vez leí por ahí, que «lo importante no es saber, sino tener el teléfono del que sabe». Este blog del maestro Santana, es ese «teléfono» que todo el mundo debe leer para saber y entender un poco más eso a que llaman «la vida misma»… Un abrazo. Un placer (de nuevo) leerle. Y que cumpla usted muchos más.

    PD: Sigo cuidando -como puedo- de esa redacción (ya tu me entiendes y sabes…)

Deja una respuesta