Cada uno va arrastrando su sombra en el periplo vital hasta que llega el destino, el sino, la coyuntura, la inesperada vaina y te echa el freno. Si escapas, te replanteas un montón de cosas y procuras, por si a la próxima acierta la parca, poner las cosas en orden y tratar de dejar, para quien guste y le aproveche, lo poco o mucho bueno que uno pudo haber hecho en estas décadas de andar recogiendo gavillas de historias de nuestra gente, a lo largo y ancho de nuestra tierra, desde la cumbre hasta la costa y también en ese mar que nos rodea, incluyendo el banco pesquero otrora canario-sahariano y que España vendió ignominiosamente, junto al pueblo saharaui en un pacto indigno y vergonzoso.
En un país que se abría a la transición política que todavía anda en pañales y ya están empeñados en cargársela, fue una suerte abrir la espita de la vocación contando con un periódico dirigido y hecho por jóvenes canarios, unos formados en Madrid y otros aquí, en las redacciones de Editorial Prensa Canaria, que competía entonces con el Eco de Canarias, el diario del régimen. Gente joven, tiempos nuevos, aires de esperanza y todo un mundo lleno de personajes, historias y tradiciones que había que llevar al conocimiento general, primero, y después, a las hemerotecas para que alguien las aprovechara, si quería o le hacía falta, en el futuro, cosa que parece estar pasando ahora, dado que son varios los jóvenes universitarios que se están interesando por muchos de los retazos de estas historias que rescatamos, muchas de las cuales quedaron para siempre reflejadas en las páginas del viejo y querido Diario de Las Palmas.
Para esta tarea, en las que trato de ofrecer algunos de aquellos trabajos que han dormido en mi hemeroteca particular gracias a la callada y maravillosa labor, de siempre, de Nieves, ayudada ahora por Juan y Gara, cuento con un «joven» becario, Miguel, que hace un alto en su timpleteo y nos hace aprovechar los avances de reproducción y rescate que las nuevas tecnologías ofrecen y en las que él es un medio maestro.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.